¿QUIENES SON LOS CINCO?

 
Son cinco patriotas cubanos: René González Sehwerert, Ramón Labanino Salazar, Fernando González Llort, Antonio Guerrero Rodríguez, y Gerardo  Hernandez Nordelo, quienes fueron declarados culpables en  Junio del 2001, por defender a su país de los grupos contrarrevolucionarios anticubanos radicados en Miami.

A los cinco se les declaró culpables después de un juicio altamente politizado en el que el gobierno de los EE.UU. reclamó que ellos estaban envueltos en acciones de espionaje a bases militares norteamericanas y amenazando a la "seguridad nacional" estadounidense.

Como los Cinco mantuvieron en su defensa, actuaban estrictamente supervisando las acciones de los grupos de extrema derecha radicados en Miami. De hecho, compartieron información con oficiales de EE.UU. cuando se planearon acciones peligrosas por los grupos de terroristas que infiltraron.

Por más de 40 años, estos grupos radicados en Miami se han envuelto en numerosas acciones terroristas en contra de Cuba, también en territorio de EEUU contra  cubano-americanos y otras personas que abogan por una normalización de  relaciones entre los dos países y por que se ponga fin al bloqueo.
 
Estas acciones - por grupos como "Alfa  66", "Brigada 2506", "Omega 7", "Hermanos al Rescate", y "Comandos F4", ligados a la mafiosa "Fundación Nacional Cubano Americana- han causado la muerte y  lesiones a cientos de individuos.
Estas organizaciones neo-fascistas anticubanas continúan operando con impunidad desde dentro de EE.UU. con todo el conocimiento y apoyo del FBI y la CIA.
 
El gobierno cubano tomó la decisión de enviar agentes de seguridad a Florida, para vigilar las actividades de los terroristas. Ellos infiltraron las organizaciones terroristas para informar a la Isla de ataques inminentes.

El objetivo de tal funcionamiento clandestino por la seguridad cubana - a gran riesgo para sus vidas) era prevenir actos delictivos que pondrían en peligro las vidas de cubanos y de otros.

Por ejemplo, una serie de bombardeos se llevó a cabo en Cuba en 1997.
Se plantaron bombas en hoteles para intimidar a turistas de que viajen a la isla.
Un turista italiano fue asesinado por una de esas bombas. El terrorista salvadoreño, Raúl Ernesto Cruz León, convicto culpable por el asesinato del italiano confesó que había sido pagado $3.000 dolares por cada bomba que plantara por la Fundación Nacional Cubano Americana (New York Times 7/ 12/98).

Sólo en abril del 2001, tres miembros de "Alfa 66", de Miami, Ihosvani Suris de la Torre, Santiago Padron Quintero y Maximo  Padrera Valdes, fueron arrestados por autoridades cubanas tratando de aterrizar por barco en tierra cubana. Llevaban cuatro rifles AK-47 de ataque, un rifle M-3 con silenciador, tres pistolas Makarov, anteojos nocturnos, y  equipos de l comunicaciones.  ¿Su misión? Matar a cubanos indiscriminadamente y tratar de sembrar terror en la isla.
 
UN JUICIO JUSTO FUE IMPOSIBLE EN MIAMI, CENTRO DE LAS FUERZAS ANTI-CUBANAS APOYADAS POR LA CIA.

Con el juicio basado en Miami, existió una atmósfera virtual de cacería de brujas . Las mociones de los abogados de la defensa por un cambio de sitio de acción fueron negados, aunque quedaba claro que con la intensa presión e intimidación de los grupos cubanos derechistas de Miami se haría imposible un juicio justo.

El juez, los fiscales y los oficiales del gobierno de  EE.UU. también conspiraron para forzar a los testigos a no dar testimonio para la defensa y a negar la presentación de importantes evidencias.

El juez de distrito de los EE.UU. Joan Lenard negó una demanda presentada por los abogados de la defensa para usar como evidencia, información del Departamento de Justicia que resumió los actos terroristas de Orlando Bosch, un fascista cubano que vive en Miami, responsable del asesinato de 73 pasajeros en un avión de pasajeros cubano, en Octubre de 1976. Bosch pasó 11 años en una prisión de Venezuela por esos asesinatos. Hoy reside libremente en Miami. Uno de los demandados cubanos, Fernando González, fue asignado para investigar las actividades de Bosch en Miami en 1994, pues se considera Bosch capaz de continuar con acciones terroristas. Y aun así no se permitió a Gonzalez presentar la historia de Bosch como evidencia.

No sólo estaban los cinco cubanos justificados en llevar a cabo su deber en la defensa de su país.  Futuras acciones terroristas desde Miami continuarán si no se levantan sus cargos. Ellos no son los que debieran estar en prisión.

¿Cómo puede Orlando Bosch, que se jacta de su papel en las muertes de numerosos cubanos y otras personas, ser permitido caminar libre en Miami, mientras a los que vigilaban su actividades, se les acusó, declaró culpables y encarceló?

En la lucha por devolver a Elián González a su padre en Cuba, las fuerzas derechistas de Miami revelaron su naturaleza amenazante y terrorista a millones de norteamericanos, que vieron lo que harían para impedir que un niño de seis años se pueda reunir con su padre. Es importante que se entienda el caso de los Cinco Cubanos por lo que es, la persecución de los EE.UU. a cubanos que actúan con honorabilidad y justicia para defender a su pueblo de las agresiones de reconocidos y probados terroristas.
 
A continuación, reproducimos la Carta al Pueblo de Estados Unidos, escrita desde prisión, por los cinco patriotas cubanos:
 
MENSAJE AL PUEBLO DE LOS ESTADOS UNIDOS

Cinco cubanos leales a su pueblo, que durante 33 meses y 5 días hemos soportado el riguroso encierro en las celdas de una prisión de otro país cuyas autoridades son hostiles al nuestro, y donde hemos sido juzgados después de un largo y escandaloso proceso mediante procedimientos, métodos y objetivos de carácter absolutamente políticos y bajo un verdadero diluvio de propaganda malintencionada y fraudulenta, hemos decidido dirigirnos directamente al pueblo norteamericano para hacerle conocer que hemos sido víctimas de una colosal injusticia.

Se nos acusó de poner en peligro la seguridad de Estados Unidos, imputándonos numerosos cargos, e incluso delitos como la conspiración para asesinar los que, por su incuestionable falsedad, no fueron ni podrán ser probados, y por los cuales podemos ser sancionados a decenas de años de prisión y a cadenas perpetuas.

Un jurado constituido en Miami, y esto lo explica por sí mismo, nos declaró culpables de todos los cargos que se nos imputaban.

Somos patriotas cubanos que nunca tuvimos la intención de dañar los valores del pueblo norteamericano, ni su integridad; sin embargo, nuestro pequeño país, que heroicamente ha sobrevivido durante 40 años a agresiones y amenazas a su seguridad, a planes de subversión, sabotajes y a la desestabilización interna, tiene derecho a defenderse de sus enemigos, que utilizan el territorio norteamericano para planear, organizar y financiar actos terroristas violando las propias leyes internas que los prohíben.

Tenemos derecho a la paz, al respeto a nuestra soberanía y a nuestros intereses más sagrados.

Estuvimos en este país durante más de cuatro años y siempre nos preguntamos por qué no podemos vivir en paz ambos pueblos, por qué intereses mezquinos de una extrema derecha, incluidos grupos y organizaciones terroristas de origen cubano, pueden enrarecer la atmósfera entre dos pueblos, que por su cercanía geográfica están en posibilidad de mantener relaciones de respeto e igualdad.

En nuestros días de prisión hemos reflexionado sobre nuestra conducta en este país y reafirmamos la más profunda convicción de que con nuestra actitud y acciones no transgredimos ni pusimos en peligro la seguridad del pueblo norteamericano y sí contribuimos en alguna medida a descubrir planes y acciones terroristas contra nuestro pueblo, evitando la muerte de ciudadanos inocentes cubanos y norteamericanos.

¿Por qué es necesario que patriotas cubanos cumplan el honroso deber de proteger a su país, lejos de su familia y seres más queridos, teniendo incluso que postergar el disfrute de la convivencia diaria con su pueblo?

¿Por qué autoridades de Estados Unidos con su tolerancia permiten que se atente contra nuestro país; no investigan ni adoptan medidas contra los planes terroristas que CUBA ha denunciado, no evitan los numerosos planes de atentado contra nuestros dirigentes?

¿Por qué los autores confesos de estos y otros actos terroristas se pasean libremente por el sur de la Florida, como se evidenció en el desarrollo del juicio?

¿Quiénes fueron sus entrenadores y quiénes permiten sus planes?

¿Quiénes son los que verdaderamente perjudican la seguridad de Estados Unidos?

Son los grupos terroristas de origen cubano y sus mentores económicos y políticos norteamericanos los que erosionan la credibilidad de este país, los que dan a esta nación una imagen de salvajismo y a sus instituciones un comportamiento inconsecuente, prejuiciado y poco serio, incapaz de conducirse con cordura y sensatez ante los problemas que tienen que ver con CUBA.

Estos grupos y sus mentores se han organizado con vistas a influir para propiciar un conflicto entre ambos países. Promueven en el Congreso y en el Ejecutivo medidas y cursos cada vez más agresivos hacia CUBA.

Ellos quieren mantener actualizada la historia de invasiones, sabotajes, agresiones biológicas u otras similares. Luchan por crear situaciones que provoquen graves incidentes para nuestros pueblos.

Como resultado de estas agresiones en nuestro país, entre los años 1959 y 1999, se provocaron 3 478 muertos y 2 099 incapacitados, así como un elevado costo material.

Continúan desarrollando campañas de propaganda para distorsionar la imagen de CUBA en Estados Unidos y tratan de impedir con diferentes pretextos, mediante leyes y regulaciones, que los norteamericanos viajen libremente a CUBA y valoren la situación real del país. También obstaculizan la cooperación en temas de interés mutuo como la lucha contra la emigración ilegal y el tráfico de drogas que tanto afecta a la población estadounidense.

A ello se une la constante demanda de nuevos y mayores fondos del gobierno, que afectan a los contribuyentes, para financiar las actividades contra CUBA. Enormes sumas que se dedican a transmisiones radiales, de televisión y al financiamiento de sus súbditos en la Isla, van en detrimento de los recursos para afrontar problemas sociales que afectan a los propios ciudadanos norteamericanos.

Hay antecedentes recientes de la influencia y presiones que estos grupos ejercen sobre la comunidad en Miami, sus agencias gubernamentales, incluido el sistema judicial.

El mayor servicio que se le puede prestar al pueblo norteamericano es liberarlo de la influencia de estos extremistas y terroristas que tanto daño le hacen a Estados Unidos al conspirar contra sus propias leyes.

Nunca hicimos nada por dinero y siempre vivimos modesta y humildemente, a la altura del sacrificio que realiza nuestro pueblo.

Nos guió un fuerte sentimiento de solidaridad humana, amor a nuestra patria y desprecio por todo lo que no respete la dignidad del hombre.

Los acusados en esta causa no nos arrepentimos de lo que hemos realizado para defender a nuestro país. Nos declaramos totalmente inocentes. Nos reconforta el deber cumplido con nuestro pueblo y nuestra patria. Nuestras familias comprenden el alcance de las ideas que nos han guiado y sentirán orgullo por esta entrega a la humanidad en la lucha contra el terrorismo y por la independencia de CUBA.