COLOMBIA:
EL DESEMPLEO
Apuntes de las FARC-EP en las Audiencias Públicas
Sito
ufficiale delle audizioni pubbliche
1. Mal propio del Capitalismo
En la Colombia de capitalismo deformado y dependiente, lo importante para la
dirigencia son sus negocios. Burguesía de “traganiquel”, decía Jacobo
Arenas. No les ha interesado el país ni su estrategia de desarrollo, sino la
ganancia inmediata.
No hay un solo país capitalista en el cual se haya dado solución al problema
del desempleo estructural. Prima la relación de dominio del capital sobre el
trabajo asalariado, en la cual los capitalistas manejan la fuerza de trabajo
como una mercancía más, sometida a su ley de la oferta y la demanda, y por
tanto requieren de unas reservas (desempleados) para bajar el precio de los
salarios.
Nadie soñó con el pleno empleo real bajo el capitalismo. Pero la renuncia a
alcanzar ese objetivo mide la profundidad de la crisis de la sociedad burguesa
porque equivale a confesar que no tiene soluciones para la gran mayoría
de los hombres. El Capitalismo tiene a 800 millones de seres humanos en la
hambruna y a 4 mil millones en la pobreza. En nuestro país 7 millones y
medio de campesinos viven en la pobreza y la miseria y otros 11 millones de
compatriotas en los centros urbanos.
La salida es construir el socialismo sin copiar modelos de ninguna parte. A la
colombiana.
Luchamos por un Gobierno de Reconciliación y Reconstrucción Nacional que
desarrolle una política económica con justicia social, que garantice la
inversión del 50% del presupuesto nacional en el bienestar de la gente,
teniendo en cuenta en primer lugar al colombiano, SU EMPLEO, y todos los demás
derechos socioeconómicos.
2. El Desempleo coyuntural y sus culpables
El desempleo estimulado por políticas económicas neoliberales y aperturistas,
“monitoreadas”, que se podría llamar coyuntural, en Colombia está
directamente relacionado con un proceso muy grave de desindustrialización y
desagrarización, y con la existencia de un Estado dedicado fundamentalmente a
defender intereses mezquinos reprimiendo las luchas sociales con presupuestos
de defensa mayores 3 veces a los de educación, 6 veces a los de salud,
6 veces a los de bienestar de las familias, 60 veces a los de la vivienda, y
157 veces a los de ciencia y tecnología. Resulta aberrante que las
Fuerzas Armadas tengan 16 veces más presupuesto que todos los institutos del
sector agrario en Colombia.
Según estadísticas mal hechas, como para no mostrar la dimensión total del
problema, tenemos hoy, de una población económicamente activa de 14 y
medio millones, a 3 millones de compatriotas en el desempleo y a otro tanto en
el subempleo.
El presupuesto nacional no está estimulando la producción, sino la guerra y
el desangre de recursos: Casi el 50% se va entre el servicio de la deuda
externa ( 36.2%) y la guerra ( alrededor de 6 billones, o sea el 13%).
Así es imposible generar empleo.
La política neoliberal de apertura de nuestros mercados intensificada
irresponsablemente de manera acelerada desde el gobierno del señor Gaviria,
ocasionó un verdadero desastre en la industria. Se abrió irresponsablemente
la economía a las importaciones indiscriminadas y a las inversiones
extranjeras.
Esta política sigue y por eso, para mencionar sólo unos ejemplos, entre 1996
y lo que va del 2000 han sido liquidadas 465 sociedades. Solo entre el 98 y lo
que va del 2000 se han quedado sin empleo por estas liquidaciones cerca de
siete mil trabajadores. Por concordatos y restructuraciones entre el 96 y el
2000 en 506 sociedades están al borde del desempleo cerca de 50 mil
trabajadores.
Las privatizaciones han redundado en más desempleo y en la elevación de las
tarifas, golpeando principalmente a los estratos más pobres. Los nuevos
propietarios tienen un solo objetivo: materializar cada vez utilidades mayores.
En el sector agropecuario encontramos como efecto de ésta misma política una
alarmante disminución del área sembrada entre 1991 y 1998 de un millón
trescientas veinte mil hectáreas (el 37%). Hoy se están importando cerca de
siete millones y medio de toneladas de alimentos, mientras en el año 1991 se
importaban quinientas mil. Estas medidas son pregonadas por quienes en sus países
hacen todo lo contrario. Sabemos, por ejemplo, que en los Estados Unidos
la agricultura es super protegida y que en la Unión Europea existen subsidios
hasta del 70% para algunas ramas de este sector.
Si se destruyen la industria y la agricultura, se destruye el mercado interno.
Otro cáncer que ha impedido opciones de desarrollo productivo es la corrupción,
encabezada por los funcionarios de un Estado descompuesto en todos sus niveles
e instituciones (que no solo en el congreso). Para los años 94 a 99 el robo
al patrimonio público asciende alrededor de 16 billones de pesos, en fraudes
y faltantes en entidades públicas, o sea el 35% de un presupuesto nacional.
El mismo sector privado reconoce que el promedio de la “mordida” en los
contratos con entidades del Estado, les cuesta 120 mil millones de pesos al año.
Fuera de eso, en burocracia se gastan 22 billones o sea 72.5% del total de los
gastos.
3. Proyectar salidas
Trabajar por el desarrollo y la modernización económica con justicia social.
El Estado debe ser el principal propietario y administrador en los sectores
estratégicos: en lo energético, en las comunicaciones, servicios públicos,
vías, puertos y Recursos Naturales en beneficio del desarrollo económico-social
equilibrado del país y las regiones.
El énfasis de la política económica será la ampliación del mercado
interno, la autosuficiencia alimentaria y el estímulo permanente a la
PRODUCCION, a la pequeña, mediana y gran industria privada, a la autogestión,
la microempresa y a la economía solidaria.
El Estado invertirá en áreas estratégicas de la industria nacional y
desarrollará una política proteccionista sobre las mismas. La gestión económica
oficial se debe caracterizar por su eficiencia, su ética y su alta calidad.
Habrá participación de los gremios, las organizaciones sindicales, populares,
entes académicos y científicos en la elaboración de las decisiones sobre la
política económica, social, energética y de inversiones estratégicas.
Para incentivar nuestra economía es necesario proteger dichos sectores e
iniciar un proceso de renegociación de tratados comerciales para eliminar la
“ley del embudo”. Garantizar a nuestros productores-exportadores un
equilibrio de aranceles y subsidios directos que juntos igualen
las cifras de protección de los países competidores, especialmente de
las naciones ricas que superprotegen su agricultura. Hay que trabajar
con mucha seriedad la necesidad de la integración económica latinoamericana.
Cualquier plan serio para incentivar la producción y el desarrollo de nuestro
país, eliminando mayores estímulos al desempleo, tiene que partir de la gran
importancia para el caso de Colombia, del sector rural. Hay que romper la
atrasada estructura de la propiedad y uso de la tierra, eliminar el latifundio
y fomentar la economía campesina, la organización de los productores, y la
agroindustria.
El 10% del Presupuesto Nacional, deberá ser invertido en la investigación
científica.
Hay que “sembrar el petróleo” para las próximas generaciones, porque el
crudo es de todos los colombianos y sus beneficios también,
4. Propuesta Inmediata:
-
Congelar todo el proceso de privatizaciones en tanto se realiza una
discusión en la Mesa Nacional de Diálogos y en las Audiencias Públicas,
acerca de su conveniencia o inconveniencia para el país.
-
La Mesa puede gestionar el aporte económico de la comunidad internacional
para elaborar un plan de reactivación de empresas quebradas y en
concordato, y planes regionales de desarrollo alternativo con creación de
empresas.
-
Igualmente la Mesa con base en criterios discutidos con el país puede
gestionar la ayuda internacional desde el punto de vista de renegociar los
acuerdos comerciales con otros países, especialmente con los más
desarrollados.
-
Hacer un debate nacional acerca de la deuda externa y cómo la comunidad
internacional podría ayudar a tapar esa gran tronera presupuestal.
En las FARC-EP estamos plenamente dispuestos a recibir las opiniones de todos
los colombianos y colombianas sobre el tema, con la seguridad de que entre
todos podremos encontrar la mejor salida. Los llamamos a participar con sus
propuestas en las Audiencias Públicas. Este es un escenario de lucha, de
expresión de lo que hoy es y de lo que quiere ser Colombia.
Invitamos a todos los desempleados, a los subempleados, trabajadores del
llamado sector informal, a los empresarios quebrados y en procesos de
restructuración, a los campesinos, a los vendedores ambulantes, a las mujeres,
los negros y todos los discriminados a luchar organizadamente y con decisión
por una Patria distinta, por una Colombia en la que el nuevo Estado trabaje
con un plan aprobado por las mayorías para beneficio de todos, para la paz
con justicia social, dignidad y soberanía nacional.