Estimados compañeros

En el transcurso de tiempo que llevamos como grupo, nos hemos encontrado con bastantes compañeros autodenominados marxistas o comunistas que sostienen que las crisis del sistema capitalista provienen, esencialmente, de una superproducción de mercancías, debido a la imposibilidad material de realizar esos excedentes, es lo que se conoce como teoría subcosumista. Así mismo, hay quienes piensan que el capitalismo ha entrado en un estancamiento crónico o crecimiento lento, en donde apenas se desarrollan las fuerzas productivas.

Nosotros discrepamos con todo esto. Pensamos y demostramos en el documento citado, que el consumo de medios de vida queda fuera de la contradicción entre capital y trabajo; si la lógica del capital consiste en la producción de plusvalía y no en la satisfacción de las necesidades sociales, la causa de la tendencia al derrumbe económico del sistema capitalista está en esa lógica misma y no fuera de ella; no en lo que niega sino en lo que afirma; no en que produce demasiada plusvalía respecto de la demanda solvente, sino en que produce poca en relación con el capital ya acumulado. De ahí que la dinámica económica del sistema según avanza la acumulación no se caracterice por la lentitud sino por la aceleración en el metabolismo de la explotación de trabajo ajeno por el capital, lo cual implica que la naturaleza de las cosas bajo el capitalismo no empuja hacia el estancamiento crónico sino al contrario, en dirección del incesante desarrollo de la fuerza productiva del trabajo social. Aunque dicho desarrollo sólo sea relativo en comparación al que se produciría con el modo de producción socialista.

Este razonamiento tiene implicancias políticas que descalifican los argumentos de quienes se oponen a la globalización desde un punto de vista reformista. Estos compañeros hablan del subdesarrollo crónico de países dependientes sin tener en cuenta que la lógica de una creciente acumulación de capital conduce a la superación de las estrecheces fronterizas, tendiendo a la conformación de espacios económicos más grandes, en los que exista una misma legislación, libre intercambio de mercancías, tendencia a unificar las tasas impositivas, es decir, a la superación del concepto de Estado-Nación.

Ya no se trata, pues, de saber si los países dependientes se desarrollan o no. De lo que se trata es de demostrar estadísticamente si se verifica la tendencia a la universalización de la producción y uso de tecnologías de última generación en el ámbito planetario -que es lo que, a nuestro juicio, está previsto en la lógica del capital según la teoría de Marx-, o si, por el contrario, el capital excedente de las metrópolis imperialistas clásicas fija históricamente el subdesarrollo relativo de su periferia, como piensan los teóricos del estancamiento. En tal sentido, se trata de saber si en la actual etapa de capitalismo tardío, esa tendencia prevista científicamente por Marx ha alcanzado ya su verificación empírica, o sea, si las estadísticas sobre el desarrollo tecnológico relativo de las distintas fracciones del capital en el contexto de espacios económicos comunes, como es el caso del Mercosur, o en la U.E. por ej. confirman o no la tendencia a la uniformidad del desarrollo desigual en el ámbito planetario, es decir, a la formación de una sola tasa de ganancia media que rija el comportamiento del capital social global mundial. Esta es la esencia de la llamada globalización y para nosotros no hay duda de que la lógica del capital va irresistiblemente en esa dirección, y en el sentido cada vez más evidente, necesario y realmente posible del internacionalismo proletario en lucha por la revolución socialista universal.

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