SAHARA OCCIDENTALE
La persistencia del colonialismo

Por JUAN DUFFLAR AMEL

Es un hecho evidente que el proceso de descolonización de los países del continente africano, iniciado a principio de la década de los 60 en el siglo pasado, no culminará definitivamente mientras el Sahara Occidental persista como su último reducto en África del norte.

Sin embargo, la fórmula que últimamente ha tomado cuerpo en Naciones Unidas, promovidas por distintos asesores de su secretario general, Kofi Annan, dilatan o entorpecen más aún la celebración del referéndum de libre autodeterminación acordado por la propia organización internacional hace una década, con la aceptación del independentista Frente POLISARIO y el reino de Marruecos.

Estas ideas de “acuerdo marco” conspiran contra la solución justa y democrática que reclama el pueblo saharauí sobre su histórico territorio, que desde hace 25 años permanece bajo el dominio colonial de la monarquía alauita.

Desde los inicios de la colonización del Sahara Occidental por España en 1885, y aún antes, la resistencia del pueblo saharauí contra el ocupante extranjero se hizo tradicional.

En 1970 las autoridades españolas, buscando una solución a su ya insalvable dominio colonialista, anunciaron que darían a esos territorios el noroeste africano la misma condición que a sus provincias, lo que originó grandes manifestaciones populares, severamente reprimidas.

El 20 de mayo de 1973, diez días después de la creación del Frente Popular para la Liberación de Saguia El Hamra y Río de Oro (FPOLISARIO), se inició la lucha armada del pueblo saharauí con el victorioso ataque al puesto militar de El Janga.

Como expresara el Comandante de la Revolución cubana, Juan Almeida Bosque, en un épico poema:

"...Dos fusiles, unos hombres y un camello

prendieron la llama de la libertad..."

En 1975, tras la decisión de España de retirarse del Sahara Occidental, tropas de Marruecos ocuparon por la fuerza las dos terceras partes del territorio, dando lugar a un sangriento conflicto bélico, no solucionado hasta el presente.

En medio de tan adversas circunstancias de lucha desigual, y por la decisión patriótica de sus hijos, el 27 de febrero de 1976 fue proclamada la República Árabe Saharauí Democrática (RASD).

El cruento diferendo que desde hace 25 años opone a Marruecos y al independentista Frente POLISARIO -que demanda la restitución de los legítimos e históricos derechos de los saharauíes-, se prolonga interminablemente por la intransigencia y los obstáculos interpuestos por Rabat para la realización de un plebiscito popular de libre autodeterminación en esos territorios ilegalmente ocupados desde 1975.

La disposición de la RASD de buscar una solución por vías pacíficas, la condujo a aceptar en 1992 el Plan de Arreglo elaborado por la ONU en colaboración con la Organización de la Unidad Africana (OUA), tras el cese del fuego acordado por ambas partes en 1992.

Tanto el fallecido rey Hassán II, como su hijo, el actual monarca Mohamed Sexto, han entorpecido continuamente la celebración de esta consulta popular sobre el Sahara Occidental, pretendiendo obtener ventajas para legitimar en las urnas su ocupación y anexarse definitivamente ese territorio rico en recursos marítimos y yacimientos de fosfatos, como los de Bu Cra, considerado uno de los mayores del mundo, y con notables reservas de uranio, níquel, titanio, plomo, zinc, oro, plata, hierro, cobre y petróleo.

El gobierno de Rabat ha maniobrado para que ciento de miles de sus ciudadanos sean inscriptos oficialmente como saharauíes, para obtener con sus votos el triunfo en el plebiscito.

Esta cuestión se ha visto favorecida por la actitud de complacencia observada por la ONU.

Como un elemento de presión, la ONU ha amenazado en reiteradas ocasiones que de no celebrarse el plebiscito, previsto inicialmente para julio del 2000 y aplazado en tres ocasiones, retirará su denominada Misión para el Referendo en el Sahara Occidental (MINURSO), lo que de hecho significaría la probabilidad de un retorno a las hostilidades armadas entre la RASD y Marruecos.

Para el FPOLISARIO no existen alternativas para el plan de paz, ni a la independencia del pueblo saharauí, por considerar que todos los problemas provienen de la empecinada actitud de Marruecos.

Por lo tanto, rechaza firmemente la idea cobijada en la ONU y recordó ante el Consejo de Seguridad que la pieza clave del Plan de Arreglo consiste en " un referéndum libre, limpio e imparcial para la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental”.

El total fracaso de este acuerdo pudiera desembocar en una nueva escalada de choques armados, tras varios años de cese el fuego y de relativa calma en los frentes de combate.

Mientras, crece, por sentimientos de frustración, desesperanza y pesimismo, la tensión generada en el seno del pueblo saharauí, que ha inscripto en su bandera la consigna de "Toda la Patria o el Martirio".