- entre calles angostas y
enlazadas por puentes
- que trazan a pulso los arcos de
las venas;
- sobre la geometría de un
tiempo que estira los
-
[brazos
- para conducirnos al ritual de
una edad antigua.
-
[Allá
- donde la piedra, trabada en el
muro,
- grita con la garganta cuajada
de liquen
- una palabra esclava del adiós
y del insomnio.
- La noche siempre es la misma en
esta gran plaza
- que sobrecoge el ánimo y
espolea el espíritu.
- Los pobres amantes bailan
estrechamente ligados,
- unidos por los labios al
talismán de la vida, con la
-
[pasión
- que el amor despliega en estas
horas de ebria
-
[felicidad,
- cuando los sueños descorchan
su milagro y
-
[ofrecen
- su curiosa mercancía de espuma
opalescente
- y sal dulce y roja.
- Sobre las grandes losas las
sombras danzantes
- olvidan el oleaje de un día
que se cierra,
- el escenario de este drama que
asciende por la piel
- y quema como el alcohol de la
saliva. Un beso
- en el último bis del Café
Florian y la grandeza
- de un compromiso a borbotones.
Renace
- la llamada de un deseo que no
duerme
- y canta los orígines de la
tierra y el fuego.