Las Tres Grandes Basílicas
S. Paolo fuori le Mura
(San Pablo Extramuros). La última de las cuatro basílicas que, insistimos, no debemos dejar de visitar durante el Año Santo.
De la iglesia primitiva (siglo IV d.C.), destruida en un incendio en 1823, solo queda:
El Arco de Triunfo del siglo V. Destacamos sus bellos mosaicos y la dedicatoria a Galla Placidia, hija del emperador Teodosio (370-395).
La palmatoria de Nicoló D’Argento y Pietro Vasselletto (siglo XII).
El baldaquino gótico de mármol (1286), situado sobre el altar, obra del escultor Arnolfo di Cambio y de un tal Pietro (según reza la inscripción), quien bien puede ser Pietro Cavallini. Bajo el altar mayor, en el interior, se cree está enterrado San Pablo.
Mosaico veneciano del siglo XII. Fijémonos en la figura diminuta a los pies de Cristo: representa al papa Onorio III (1216-27), el autor del encargo.
Muy recomendado: el claustro (siglo XIII). Un jardín de rosas rodeado por magníficos arcos que descansan sobre una miríada de columnas de diferentes formas y medidas. Aquí se encuentran algunas de las antiguas tumbas, trasladadas aquí tras el incendio de 1823.
