La produzione creatrice di Marisa Marconi

di Mario Angel Marrodán

Marisa Marconi es una artista que investiga primordialamente las formas en el espacio. Desde sus primeras esculturas hasta sus más recientes series al aerógrafo, se centra en los cambios de luz más sutiles, en las perspectivas se la ‘invisibilidad visible’ y en la interacción de detalles arquitectónicos con la trasformación activa de visión en arte, entre otras manifestaciones. Para Marconi la tarea de experimentación del arte – en la que conscientemente se halla involucrada – revela la energía en el proceso de producción en el estudio. Pero también mue-stra su mundo privado desde el ángulo e incide en el objetivo primordial de su trabajo, que no es otro que el de coordinar el pensamiento y la práctica entre los tres espa-cios con que cuenta para revelarnos lo misterioso y sorprendente de su plástica: el íntimo, el interno y el exterior.

Las obras de Marisa se adaptan a sus necesidades expresivas, sobre todo en el sentido de trasmitir con su praxis más exigente la estrategia en la que está plenamente implicada. Tanto en una época como en otra tiene una forma muy particular de hacer para seguir en la brecha. Con ella transmite secuencias de calidad en trabajos pictóricos, dibujísticos y escultóricos de gran valor documental, los cuales están – con la minuciosa elaboración que exigen – desarrollados con maestría y con los que la artista plástica procura innovar y desafiar como obras propias y originales.

Yo diría que emplea las herramientas técnicas más adecuadas para plasmar sus sueños. Que ejerce una temática marcadamente surreal donde abundan las alusiones geométricas y los juegos disciplinados por una capa de misterio. Que no trabaja al dictado de nadie, sino con la inspiración y de-streza requeridas para su plena y continuada dedicación al Arte de la Plástica.

Además de lucir su madurez, Marconi conduce con gran entusiasmo a unas expectativas de arte peculiar cuya propuesta suele despertar interés en su confrontación. Un interés que a su vez deriva del puesto por renovar los modos convencionales que reflejan la vitalidad de esta artista italiana. De este modo, su nivel en el recorrido tiene por huella y resultado unas piezas tan austeras como identificativas de la existencia espiritual del ser humano. Marisa es una pintora-escultora que trabaja con presupuestos estéticos bien diferenciados. La especulación formal está supeditada a la necesidad de reflexionar en su producción artística por considerarla un baluarte individual que quiere sobrevivir en su mente creadora con un aliento de vida y libertad.

La plástica italiana expresa sus más grandes emociones de forma atractiva, como un símbolo poderoso que tiene muchos significados. El espectador los elige para decir como comportarse ante su presencia; la manera de realcionarse con estas piezas tiene la importancia que se le quiera dar, pero contando de antemano con que cada una de sus piezas y de sus cuadros es un espacio de emociones. Non pone al alcance una obra fantástica, complicada y rigurosa, hecha conforme a sus características creativas, muy atractiva en lo formal, pero sobre tuto muy exigente en los planteamientos intelectuales de lo elaborado por ella.

               Combinando cuanto sirve para una creación con personalidad, la artista italiana es capaz de conseguir un lenguaje proprio identificativo de su obra. A partir del cual se expresa bajo el visceral sistema de sus composiciones. Marisa Marconi logra por ello un perceptible acercamiento con su pintura y escultura a cuantos van dirigidas, que somos todos. La tenacidad creativa de la Marconi aparece para desarrollar su función de artista plástica allí donde la imaginación encuentra porqués, pregunta por las líneas y colores, intensifica formas, indaga sobre procedimientos y desarrola invenciones mentales para trasladarlas a la materia, pudiéndose comprobar de lo que ella es capaz de hacer en la estética plástica de su tiempo.

Como artista de gran nivel, su conocimiento y cultivo del arte plástico de vanguardia la acreditan. Ahora que se halla en apogeo creativo puede aplicárse la etiqueta de artista visionario y futurista. Como esto supone la culminación a la causa del verdadero arte. Así se la observa apoyado, y consolidando, la tarea del gran desafío de un arte que nunca se va.

En contraste con otros artistas arribistas, que se colocan al lado de los funcionarios que ejercen de corte repartidora de premios y prebendas o se approvechan de privilegios institucionalizados, Marisa Marconi tiene su razones creativas y sus opiniones artísticas para vincularse a un trabajo serio, consistente, en representación única de su yo nunca autocomplaciente sino severo en la estructura y extremo en la sensibilidad, y de la construcción mental que su mundo le aborda sobre las problemáticas del medio escultórico y el análisis de los mecanismos de otros medios de arte donde mejor situar la intervención de ella. De este trabajo emerge una tensión por hacer consciente lo oculto, ese eterno diálogo cuestionador de la artista con la observación de lo que quiere crear en su condición humana, ejer-citando una obra que sirve de aliento para ir fraguando un trabajo complejo y denso, cargando de significaciones y propuestas para publicos exigentes. El mundo de las artes plásticas contemporáneas quesda enriquesido con la aportación de esta artista italiana, Marisa Marconi, que tiene ideas propias para llegar a estar en lo más alto.

Marisa Marconi – scrive Mario Angel Marrodán – è innanzitutto un’artista che investiga le forme nello spa-zio. La sua arte si incentra in un’alternanza di luce sottile, nella prospettiva di una ‘invisibilità visibile’ e nella interazione di dettagli architettonici con la trasformazione attiva della visione artistica. Lei riesce a coordinare il pensiero e la pratica fra tre elementi essenziali che ci rivelano il mistero e la sorpersa della sua arte: la peculiarità, l’interiorità e l’esteriorità. L’artista impiega le forme tecniche più adeguate per plasmare i suoi sogni e presenta una tematica marcatamente surreale dalla quale abbondano le allusioni geometriche e i giochi di un alone di mistero, benché non manchi nei suoi quadri uno spazio emotivo. Con ciò la Marconi è capace di conseguire un linguaggio identificativo della sua opera, nella rappresentazione unica del suo io, mai compiacente, ma meticoloso nella struttura e profondo nella sensibilità. Dai suoi lavori emerge una tensione intima che rende palese l’occulto, attraverso l’osservazione che vuole evidenziare la propria condizione umana. La Marconi ha a riguardo idee originali per raggiungere il massimo artistico.