¿Qué soy?
¿Qué
soy yo,
qué
soy?
Soy a
caso una flor que se desnuda
myentras el tiempo huye?
¿Arbol
sin hojas,
luna
menguante
que se
enjuga poco a poco
o
piedra de rio
recorrida por el agua que la deshace?
¿Qué
Soy?
¿Trigo
pisado por los mulos
pasta
de pan amasáda
o
racimo de tomata
que se
seca en el desván ?
Soy
pie que se nega a la zapatilla,
sentimiento caliente
que
huye por los campos
para
enjugar
el
goteo de los pensamientos,
gata
sin fuerza
que se
limpia
cerca
de la ceniza,
soy
gaviota
que
afronta el viento.
Me
enciendo, hiervo,
de
improviso vomito hiel
y
acumulo amor poco a poco,
trepo
en cima de los muros,
salto
setos de zarzas,
me
asombro,
degüello leones
y me
espanto del ratón,
no
tengo dueños
y soy
esclava,
soy
huracán
y
ahogo en una gota de agua.
Soy
hoja de cebolla,
acero,
tal
vez grillo,
tal
vez limaza.
Estoy
siempre in guerra
contra
la hipocresía
y
arrastro a quien charla por vicio.
Angel
soy
y soy
diablo.
Por
esto,
guitarra que abrazo
en
esta noche encantada
te
pido:
por
favor,
envuélveme con tu canto,
canta
guitarra, canta,
canta
para mi corazón,
quita
esta arruga de mi frente
y da a
esta maraña
la
misma armonía
que
Dios
destinó a las estrellas.
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perderme en horizontes
perlinos,
pueda como tù seguir
las olas
cunearme en el cielo
con los vientos!
Pueda yo, borracha de
sol,
saborear feliz el
espacio
en los mares y en los
cielos
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Arrecifes
Contrastos morenos
al
pálido azul,
emergentes por alterna mareas,
palpitantes de vidas pequeñas,
flores
de roca
brotadas sobre terrón de vidrio,
ásperos apoyos a corolas
de
tiernas hierbas onduladas,
miembras franjatas
de
besos de olas deseosas.
Gigantes inermes
azotados por aguas espumosas.
Angeles negros
guardias nocturnas
de argénteos silencios.
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Epitafio a un rio
Me
acerco,
fruto
y planta
de
umana especie,
con
los ojos y las mejillas
encendidos
y veo
el lúgubre epitafio:
“Aquí
criatura yace
en paz
no deseada
de los
hombres condenada.”
Es tu
último canto
y en
mí es peso , ira y llanto.
En el
pesado silencio
aguzo
el oído
para
encontrar la voz
de tu
dulce melodía
amica
de las flores y de las plantas
que
con alternas veces
de tí
tomaban vida
eran
tu orgullo.
Y robo
al viento un soplo
que me
lleva al monte
encima
de tu cándida cepa.
Te
veo jovencito
surcar
de arrugas y llanto
las
mejillas a la montaña,
desapareser por juego
en mal
ocultadas quebradas
y
después
reapareser más abajo
a
saltos.
De
risa eran acompañas
tus
caídas,
gárrulas fuentecillas,
pequeña cantarinas caídas,
de
agua alegre pedazos,
rebotes, brinquillos
despúes, más abajo tranquilos.
De
plata, recorrías
las
pistas de tus abuelos
entre
los bosques
resinosos de pincarrascos
de las
glaucas cabelleras
y
todavía vestidos de cobre
que
reverentes
ofrecían humildes fructos a cono.
Mas
tu, que tenías prisa,
entre
los riscos,incauto,
dejabas los estorbos brotados.
Oías
el
grito del torrente
turbado y ruidoso,
espumoso,
poderoso,
ya
grueso
mas
todavía de tí voraz,
que te
aprestaba pronto
un
lecho más capaz.
Y allí
yacías adulto
sin
sobresalto.
Tranquilo ibas al lago
que té
acogía agradecido
y te
quedabas pago.
Depués
,
cantando en el llano
corrías al mar
entonando tu voz
a su
bramar.
Hoy
que el hombre
otro
destino te impone,
en tu
arenal arrastras
los
restos y los escombros
supremo baluarte
de un vivir torpe.
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¡Párate, tiempo!
¡Párate, tiempo!
Hazme
aturdida de plata de luna
y oro
de estrellas,
hazme
dichosa de soplos nocturnos
entre
los cabellos,
haz
que mi carrera
a lo
largo de la playa
competa todavía con gárrulas espumas.
¡Párate!
Hazme
sentir aún
deseo
de ternura
y gana
de amor,
hazme
robar todavía
los
rayos al sol
y
clavar la cara
entre
los cándidos pétalos
de las
rosas que tengo en el corazón.
Poséeme tiempo,
hazme
tu esencia,
tu
linfa.
¡Párate en mí!
Amame,
décame
todavía
lava
de pasíon
y
semilla de libertad.
No te
pongas furioso en mi corteza,
no me
agarres,
acaríciame con guantos de terciopelo
y dame
aún dientas de perla,
labios
de coral
y oyos
que desean azul.
Lleva
al presente mi pasado
y haz
que da éste
no
lleguen suspiros
a
quebrar el silencio .
Quiero
alas de plumas suaves
para
ondear contigo en el espacio,
quiero
un futuro en lo eterno.
Te
quiero tiempo
para
contar aún las estrellas
vestida de ópalo de luna
para
dejarme penetrar por la noche
de la
voluptuosidad de los jasmines
con el
alma suspendida
a un trino de ruiseñor.
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…y veo
caras
secadas por las penas,
ojos
que miran y no ven,
manos
en los bolsillos
que
ocultan puños serrados.
Fantasmas angustiosos
que
tragan quina
y
encoban esperanzas
anhelando una justicia
que no
llega.
Y la
fe pierde su fuerza
y las
manos sudan los bolsillos
y las
uñas desgarran la carne
y
bocas acumulan palabras
que
se contraen espantadas
en la
garganta.
Apagados del mismo dolor
se
arrastran viejos
y
andan jovenes:
hay
quien espera,
hay
quien busca olvidar
y hay
quien muere de congoja
y
todos, todos arrastran
una
esperanza
que
tiene las alas flacas
y más
no vuela.
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A una rosa blanca
Pura eres,
copo de espuma
claustro de
pétalos
en rápida vida,
rélampago de
luna en el sol
que te ama,
te besa,
te invade,
te absorbe,
te avieja
y en un día
te dehoja.
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Estrellas
Luciérnagas
eternas,
fragmantos de
luz del sol escapados,
lejanos
piadosos temblores,
cuerpos sin
alma
vivos a los
umanos dolores.
Estrellas que
cuidan a hombres y cosas.
Son dulzura que
todo quiere,
son piadosas,
son estrellas.
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A t í
queda tarde
algo que vive
de nosotros,
que muere
al llanto de un
Alba herida
que se torce
extraviada
sepultando el
pasado,
que teje el
presente
con tramas
insidiosas
de frágiles
sueños ,
que mata
con ágiles
escanciones
las gemas del
hoj
perplejas sobre
el porvenir.
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Inútil es la luz
¡No, no es
saciada el alma
que mendiga
treguas
al fluir de
instantes
y respuestas
a un Dios
taciturno!
No es pródiga
de promesas
la página del
cielo
y el azul
mortifica los
sentidos inertes.
¡Inútil es la
provocación
de la luz
sobre las
sombras de un mundo
ya apagado!
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Es avaro el infinito
Como vaga luna
yerra mi
pensamiento
sobre la ociosa
página del cielo.
El corazón
devana marañas
y dulces se
hacen los sueños
sin rotura.
Hurgo galaxías
sin tiempo
deletraendo mis
“porqués “a las estrellas.
Mas es avaro de
respuestas
el infinito.
Pétalos de
silencio
llueven
sobre mi sed
herida.
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Tarde
En torpes
reflejos
miro el sol
jugar
en el hondo
azul del mar,
la orilla
sedienta
el agua chupar
con lento
crujido.
Sento inminente
la tarde
que dulce se
derrama en su paz,
que apaga los
resplandores
de oblicuos
cayentes rubores,
que envuelve
los suspiros
del día que
muere,
que extingue
del astro la luz
en el último
fuego.
No falta que
poco...
la luna en el
cielo es lucerna:
una oracíon
alcanza
la esfera de
seda...
y abrazo con
los ojos la tarde.
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Y yo te creo…
con ojos que
escundriñan mi tristeza
oídos aguzados
a mis llantos mudos,
manos que rozan
mi piel
de improviso,
como llamadas
de mis deseos no expresados,
brazos abiertos,
sin fin
que se
ensanchan y me recogen
donde encuentro
lo que es,
lo que no
tengo.
Así te creo,
arpa que vibra
a mis desvarios,
mar de ternura
infinita,
puerto de paz,
faro que rasga
mis tinieblas,
furia de mí deseosa.
Así hombre te
creo,
así te quiero,
como no eres.
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Cuando
Cuando para
siempre
mudo será el
viento
cuando a los
montes
las llanuras y
las valles
de los ríos
quedará
solamente el
requerdo,
cuando a las
hojas sedientas
se negarán
diamantes de escarcha
y el sol
desalentado
poco a poco
llamará
sus tristes y
inútiles caricias
y para siempre
inmóvil
el mar
reflejará
cielos indiferentes,
cuando los
destinos del mundo
serán
concluidos
y el silencio
incólume
dominará sobre
los escombros inertes,
entonces, sólo
entonces,
quizás...
en su polvo
habrán
respuesta
los mil porqués
de la vida.
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Porque te tengo a tí
Porque te tengo
a tí poesía
vivo,
porque te tengo
a tí
amo y soy,
hablo por quien
calla,
canto también
en el llanto,
por tu voz
grito,
confío al
viento mi pensamiento
y sento la
resonancia de las estrellas.
Es en tí,
puerto de
muelles evanescentes
que atraco mi
alma.
Tú,
pilota de mi
barca,
segura pasas
en la marañas
de mi pantano,
horadas sus
níeblas;
y acaricio
niuevas auroras
si me quitas
los misterios
de las raíces
de la noche,
y vuelos de
gaviotas
veo sobre
mares inexistentes
si me proyectas
en tus cielos
límpidos.
Te busco, te
deseo,
quemo,
me anulo
y me creo otra
vez
y finalmente
libre
me alzo,
grito,
amo
y canto
porque de
cielo,
mar y tierra
me llega
tu voz.
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Ser
Es por un
fragmento
huido
de la tempestad
del caso,
por un desliz
de luz,
por la
complicidad del cielo,
por el palpitar
de frágiles
trasparencias
sobre jardines
de piedra
que somos
y ser
es sólo un
vagido suprimido de un estertor
donde
dejamos ya de
ser,
somos pasado.
El tiempo
es una vorágine
nunca vencida
que devora
el nuestro
“haber sido”.
El tiempo es
todo lo que
no es más de
nosotros.
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El otro paraíso
¡Escucha...es
el viento!
De su palco
móvil
impone el ritmo
a crepitantes,
coruscantes vapores
que en
crescendo
devoran
pincarrascos y larices.
¿Oyes?
No es murmurar
de hojas
el canto
mas lúgubre
concierto.
llanto,
grito
que desgarra el
silencio
del ciel
immóvil y vencido,
ignora la
imbécil sonrisa
del sol
indiferente,
sube rozando
el flagar de
desconocidas estrellas,
rueda entre las
sombras
echas de nada,
echas de
lejanías.
Desengañado,
vuelve su prora
del rutilar de
las lucíernagas vanidosas
que agolpan la
noche
y lleva lejos
el gemir de su pena,
sabe que
en otro paraíso
lo espera
un paraíso
sin puertas y
cerrojos
donde
será etérea
harmonía
que ahonda las
raíces en lo eterno.
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