Itinerario Barroco
Bernini contra Borromini
Bernini o Borromini ¿Cual de los dos representa mejor el Barroco? Todo el mundo en Roma tiene una opinión al respecto. Basta con recorrer la ciudad un par de días para hacerse una composición de lugar y, si se desea, entrar en polémica.
Los dos artistas, que tan solo se llevaban un año, empezaron a trabajar juntos compartiendo los mismos proyectos; sin embargo pronto competirían ferozmente entre si por conseguir los mejores concursos de arquitectura.
Bernini (1598-1680) venía de Nápoles y Borromini (1599-1667) de Lombardía; el primero había heredado la exuberancia propia de su tierra; el segundo, por el contrario, era introvertido y tenía mal carácter. Borromini dedicaría los últimos años de su vida a denigrar a su rival. Olvidado como artista y paranoico acabaría suicidándose. Bernini por el contrario fue muy famoso y prolífico en su época. Hoy, sin embargo, parece que la obra de Borromini está en alza superando incluso a la de su eterno competidor.
Proponemos un paseo de una hora para visitar algunas de la obras maestras de estos dos artistas.
S. Andrea al Quirinale
Con este edificio Bernini revoluciona el concepto de arquitectura religiosa vigente en el siglo XVI. Esta iglesia, a diferencia de las de su época, tiene una forma ovalada y cuenta con un eje central, que comunica la puerta principal con el altar, más corto que el tranversal.
La fachada, retraída bajo una estructura curva que la envuelve desde su base, está compuesta con elementos propios de la arquitectura clásica: un friso con motivos griegos, columnas corintias y triángulos y semicírculos romanos.
En lo alto de la fachada sobresale el escudo de armas del príncipe Camilo Pamphili quién había encomendado a Bernini el proyecto.
El interior, conocido como "la Perla del Barroco", consiste en un juego de luces y sombras. Sobre el altar destacamos el cuadro que representa la crucifixión de San Andrés. Una escultura en mármol, el Paraíso, nos muestra al santo en su ascensión a los cielos.
S. Carlo alle Quattro Fontane
Borromini consiguió su primer concurso arquitectónico gracias a su amigo Bernini. El proyecto consistía en diseñar un monasterio y una iglesia de reducidas dimensiones para la orden de los Padres Españoles Trinitarios Descalzos.
Ninguna otra iglesia en el mundo es capaz de transmitir con mayor claridad el sentido del movimiento típico de la arquitectura barroca.
La fachada, toda ella salvo la puerta, es un ir y venir de curvas en forma de S: ninguno de sus elementos decorativos domina sobre el resto - como ocurre con las fachadas renacentistas.
El interior tiene forma oval - como un balón de rugby - y la cúpula parece estallar en el cielo debido al brillante reflejo del pavimento. Como en todas las iglesias de Borromini la decoración interior es totalmente blanca.
Intenten visitar la iglesia los días en que se pueda ver el claustro. Observemos cómo el artista emplea una serie de trucos para crear el efecto de inestabilidad deseado: los cuatro ángulos del claustro están desprovistos de columnas y las dos laterales parecen estar allí para dar amplitud al espacio más que para sostener la estructura superior.
A veces tenemos la sensación de que Borromini proyectó el claustro para rendir homenaje al Miguel Ángel manierista que tanto admiraba.
Quattro Fontane
El papa Sixto V encomendó al arquitecto Domenico Fontana el proyecto de embellecer el Vía Crucis que empezaba en Porta Pia y recorría las avenidas: Via XX Settembre, Via delle Quattro Fontane y Via Sixtina.
El papa, que era un excelente urbanista, había marcado con obeliscos el final del recorrido (frente al Quirinal) y las extremidades del brazo horizontal del Via Crucis; una detrás de Sta. Maria Maggiore y la otra en la cima de la escalinata de la Piazza di Spagna.
Fontana - nunca mejor dicho - hizo levantar una fuente en cada uno de los cruces: Arno,Tevere, Giunone y Diana.
Palazzo Barberini
En este enorme edificio (1633) podemos comparar con facilidad la obra de los dos maestros.
La entrada al ala izquierda del palacio nos conduce hasta una gigantesca escalinata cuadrada de Bernini. La de Borromini, mucho más pequeña y ovalada, se alza a pocos metros de la entrada que conduce al ala derecha. Borromini desempeñó el cargo de ayudante de Carlo Maderno, el arquitecto que había proyectado el palazzo.
Maderno murió poco después de que se iniciaran las obras y Bernini, de treinta y dos años, se hizo cargo del proyecto ayudado por Borromini-un año más joven.
A pesar de que por aquél entonces Bernini estaba considerado como el más grande escultor y decorador de Roma sabía poco de arquitectura y en este campo tuvo que apoyarse en los conocimientos de Borromoni.
La escalinata cuadrada es sin duda alguna impresionante- observen cómo las rampas se elevan hacia lo alto en ángulo recto - pero la ovalada de Borromini demuestra el talento del artista para resaltar y embellecer espacios reducidos.
Si miramos de frente a la fachada exterior nos llamarán la atención los peculiares frontones de las ventanas del último piso (Borromini): los arcos que rematan las siete ventanas centrales están diseñados para que éstas parezcan retranqueadas.
El palacio alberga la Galleria Nazionale D’Arte Antica (ver: Museos). Entre sus colecciones de pintura destacamos "La Fornarina", amante de Rafael, y el Retrato de "Enrique VIII" de Holbein.
Abierto: 9.00 - 19.00 ma. sa. 9.00 - 13.00 do. Lunes cerrado.
Piazza Barberini
La plaza que se abre a la salida del Palacio Barberini cuenta en el centro con una fuente monumental: la Fontana del Tritone (1642). Su autor, Bernini, rompiendo con la tradición prescinde de todo elemento arquitectónico y diseña una fuente enteramente esculpida.
Tritón, arrodillado sobre cuatro grandes conchas sostenidas por delfines, hace brotar un chorro de agua de una caracola.
En la esquina con Via Veneto se encuentra la Fontana delle Api (Fuente de las Abejas).
Su autor, Bernini, la construyó en 1664 en honor a su protector, el papa Urbano VIII. Representa tres grandes abejas acudiendo a beber a la fuente (las abejas eran el símbolo heráldico de la familia del papa).
Muy recomendado. ¿Se han decidido ya por alguno de los dos artistas? Vayan al centro de la plaza y miren hacia la Via delle Quattro Fontane y la Iglesia de San Carlo de Borromini para estudiar con detenimiento las dos bellas fuentes de Bernini.
Fígense luego en el Palacio Barberini. Imaginense en la piel de un cardenal del siglo XVII que además es el sobrino preferido del papa ¿A quién elegirían entonces, a Bernini o a Borromimi? ¿Por qué no a los dos?
